sábado, 16 de mayo de 2015

Peregrinaje de la mujer samaritana.


Jn 4:1-30.                        [Lo invitamos a leer el pasaje antes de leer el presente estudio].

¿Qué buscaba la mujer?

¿A qué hora fue a buscar agua la mujer samaritana?

Fue a buscar a la hora sexta (mediodía), en una región cuasi-desértica. Caminaba alrededor de 800 metros para poder llegar al poso.

Las mujeres en general madrugaban a sacar el agua del poso en grupo, precisamente porque a esa hora el clima era más fresco, no hacía tanto calor como al mediodía. ¿Por qué entonces la mujer samaritana no iba con las demás mujeres a una hora más fresca? Porque se sentía discriminada, muy seguramente por vivir con alguien que no era su esposo. Por eso fue sola.

Ella fue sola y tiene un encuentro que le cambiaría la vida.

¿Qué hacía Jesús en este lugar?

Jesús va de Judá a Galilea, y tenía que pasar por Samaria, fue entonces a una aldea samaritana llamada Sicar.

Jesús decide ir por Samaria buscando un encuentro, buscando a una mujer con una necesidad.

¿Qué le pidió él a ella?

Agua. Él tenía sed. Una necesidad física pasa a ser gancho para saciar en ella una necesidad diferente.
Él le ofrece a ella agua viva, pero ella no sabía cuál es su verdadera necesidad.

¿Será que nosotros vamos calmando nuestras necesidades en agua
o incluso buscamos cosas que no necesitamos, y lo último que buscamos es a Él?
 Y pasamos por la vida sin reconocer La verdadera necesidad.

Jesús le muestra a la mujer samaritana que el tenía la solución para su necesidad. Ella al parecer piensa que el agua que Jesús le ofrece es un agua mágica, pensaba: "si el agua que beberé no hará tener sed de nuevo", entonces sí.

Pero Jesús, le ofrece un peregrinaje a esta mujer, hay una diferencia entre lo que Él le ofrece y lo que ella quiere. Ella quiere algo para su "ahora", para "ya", algo que satisface su necesidad del momento.

¿Será que hoy nos pasa algo similar?

¿A quién le pidió Jesús (a la mujer samaritana) que invitara)? 

Al Marido.

¿Cómo se sintió con esta pregunta?

Sola.

En la cultura judía, la mujer tenía valor porque tenía hijos y porque tenía a alguien con quien poder tener hijos. Esta mujer ha enviudado cuatro veces y el hombre con quien vive ahora no es su esposo.

Ella busca saciar su necesidad en un hombre, en otro, en el quinto.

¿Cuál era la realidad de esta mujer? 

Que no era valorada. (Ni por Judíos, ni por samaritanos, ni samaritanas?

¿Por qué se valoran las personas hoy?

Por el carro, por la ropa, por sus estudios, por su cuenta bancaria, por sus logros.

y tú... ¿cuál crees que es tu valor? ¿Cuánto pagaron por ti?

Te compraron a precio de sangre, Cristo pagó con su muerte, tu rescate. Te dio valor.



Jesús conoce a esta mujer, mejor de lo que ella se conoce a sí misma, sabe realmente que su problema no es lo que ella quiere, ella va por la vida dando tumbos buscando valor. Solo ese valor podía ofrecérselo Él.

Tú no estás solo, cuando oras en lo secreto hay alguien que te atiende y te invita a un peregrinaje
a caminar con él y a que cambies la perspectiva de la vida.

Después de que esta mujer tuvo el encuentro con Jesús, corrió, se dirigió a aquellas personas que la rechazaban, que no la acompañaban, a todos los de su pueblo. Les dijo que había un hombre que la conocía mejor de lo que ella se conocía. ¿No será este el Mesías? - les dice ella. 

¿No será este el que puede transformar nuestras vidas? ¿El único que nos puede amar a pesar de que nos conoce por completo?.

El peregrinaje comienza cuando ella lo escucha. Cuando se abre a que es él quien puede transformar su realidad.

El Señor Jesús siempre nos busca, debemos reconocernos como somos, y saber que él me ama y me acepta incondicionalmente. En Él tengo un valor que nada puede superar.