3 La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: 2 «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclámale el mensaje que te voy a dar.»
3 Jonás se fue hacia Nínive, conforme al mandato del Señor. Ahora bien, Nínive era una ciudad grande y de mucha importancia. 4 Jonás se fue internando en la ciudad, y la recorrió todo un día, mientras proclamaba: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» 5 Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de arrepentimiento.
6 Cuando el rey de Nínive se enteró del mensaje, se levantó de su trono, se quitó su manto real, hizo duelo y se cubrió de ceniza. 7 Luego mandó que se pregonara en Nínive:
«Por decreto del rey y de su corte:
»Ninguna persona o animal, ni ganado lanar o vacuno, probará alimento alguno, ni tampoco pastará ni beberá agua. 8 Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos. 9 ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos.»
10 Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado.
¿Qué le llamó la atención?
* Que el pueblo creyó en el mensaje que Jonás les estaba dando.
* Esta vez Jonás no salió a esconderse sino que obedeció.
* Que todos obedecieron prontamente, pero Jonás no.
* El hecho de que Dios se haya arrepentido de hacerles el mal.
Dios le habla a Jonás por segunda vez, el propósito de Dios debe cumplirse; él nos da segundas oportunidades.
Dios en su misericordia nos permite intentarlo de nuevo.
¿Por qué obedece Jonás?
Hay que hacerlo o hay que hacerlo, quizás el tenía temor de lo que le podría pasar en caso de no obedecer.
Muchos somos obedientes por temor, no por amor a Dios.
¿Qué piensa de la actitud sobre obedecer?
Debemos obedecer por convicción. Los fariseos se preocupaban por sus acciones pero por dentro no tenían una sana motivación.
¿Por qué 40 días? Porque Dios quería que tuviesen oportunidad para arrepentirse, 40 días, porque ese pueblo no conocía de Dios, era un pueblo gentil. En la cantidad de Dios, podemos ver la misericordia de Dios.
Cuando Jonás les da el mensaje, ellos creen y proclaman ayuno.
El rey dice: "Clamen a Dios y conviértanse de su mal camino". Este fue un mandato real, un mandato que todos debían obedecer.
Dios seguramente ya estaba preparando el corazón del rey, y de los ninivitas.
El verdadero arrepentimiento se evidencia al apartarse del mal camino.
El ateo no vive a Dios porque no cree que exista, nosotros creemos en él y no lo vivimos.
¿Qué aprendes de la historia?
¿Cómo lo aplicarás a tu vida
Dios tiene un propósito. ¿Nos estamos uniendo nosotros a él?